jueves, 24 de noviembre de 2011

Mr Zunga

Mr. Zunga compró un terreno que linda con los fondos del mío, en parte. A principios del año vino a presentarse, en compañía de su mujer. La apariencia de gentes completamente ordinarias y que inexplicablemente me causaban rechazo; se vio compensado con una simpática actitud extrovertida que hacía de mi nuevo vecino, un personaje singular...ideal para el análisis.


A la media hora de estar conversando, me tira: "cómo ves la idea de que todos los vecinos de la manzana, cediéramos una parte de los lotes y en el centro construimos una pileta de natación para todos?"...se me coaguló la sangre azul...con la máxima cortesía de la que pude hechar mano en el momento, decliné tan FABULOSA idea...y empleo ese calificativo en el sentido literal.
No me causó mayor placer el escuchar que levantaría una casa prefabricada...este emprendimiento inmobiliario no estuvo jamás pensado para ese tipo de construcciones; son terrenos grandes para levantar casas grandes y de cierto nivel de estilo. Pero a falta de reglamentación legal de ello, y el tipo siendo propietario, nada podía decírsele sobre el particular...me limité a esperanzarme en creer que erigiría uno de esos modelos de casas que NO parecen prefabricadas.
En una conversación posterior, en ocasión de habérmelo cruzado en un bar de la zona; me cuenta que había vivido muchos años en la provincia de Tierra del Fuego, en donde había sido un jefe de la policía. Ante ese dato, no pude contener la pregunta del cómo había llegado a elegir vivir en una zona rural alejada de la capital. Y responde abriendo un canal de misterio: "Es que un amigo me dijo andate a L... que ahí es muy tranquilo y nadie te conoce"...
Cavilando brevemente, la conclusión era lógica: este fulano se venía escapando de algo y ese algo era definitivamente ilegal.

                  Quiero a Bradley Cooper en mis fondos y no me importa que sea guarro decirlo...
                                          

En una fiesta, termino conociendo a la que había sido la locataria de la casa que esta gente ocupaba en un country club, al momento de arribar a estos lares. La trágica coincidencia brindó más información sobre las particularidades de este sujeto: esta pobre chica había tenido que padecer el recibir quejas de los demás habitantes del Country Club por las elecciones de atuendo que este Sr. tenía al momento de hacer uso de la pileta de natación del Club...zunga....con esa enormidad de cuerpo sexagenario, crines en lugar de pelos; gorrita con visera hacia la nuca y su vozarrón tan poco elegante; hacía compossé con su mujer....de similares proporciones y en bikini.
En Argentina el uso de la zunga, nos remite indefectiblemente a las playas brasileñas, tan extensas y diversas; que para el normal recato del hombre argentino, es el único lugar en el que nos permitimos usarla....y siempre y cuando se tenga el cuerpo en PERFECTO estado físico y estético como para llevarla. La cantidad de playas en el Brasil nos aseguran cierto anonimato.

Pues bien, este mamífero se lo permite y a sus anchas. No ayudó que al momento de darme tal noticia, visualizara en mi mente, el verlo paseándose en ese traje de baño encendido en rojo pasión...y en el fondo de mi casa.
Unos meses más tarde, finalmente levantaron en un día, la casucha. Lamentablemente, mi esperanza de un modelito agradable se convirtió en una triste utopía. Como intento mantener el optimismo, me la imagino bien pintadita y con MUCHAS plantas todo a su alrededor...tantas plantas como sean suficientes para cubrírmela a los ojos.
Si bien batallo en ser optimista, no soy iluso; y lógicamente comencé a urdir planes alternativos para salvar la vista. Recaí primero en levantar un fuerte murallón que me borrara la maldita casita y sus habitantes enzungados; pero supuse que eso remarcaría cierta antipatía que ya me era dificil de controlar cada vez que lo veía. Luego pensé en intercalar paredones con plantas altas. Desistí de ello, no resultaba práctico. Finalmente me encaminé resuelto hacia el vivero y compré 62 arbustos, que prometen alcanzar los 3 metros de altura...estan todos bien plantados y regados casi todos los días. Ahora me resta orar para que este verano haya tal cantidad de mosquitos, que me impida salir y así, hacia la próxima temporada, vea mis arbustos bien frondosos brindándome la posibilidad de imaginar que del otro lado del verde seto, existe un Adonis que en traje de baño, slip, zunga o pelotas, se pasea libre y tan cercano a mi hogar...por lo menos la imaginación aún puede ser totalmente propia.
                                          Dolce & Gabbana siempre nos inspira...

2 comentarios:

Argax dijo...

Y es que un muro de arbustos, de verde, permite que se filtren esas imaginaciones. Si la solución hubiera sido un muro de Berlín automáticamente el "enzungado" se hubiera convertido en el enemigo.

No es por jorobar, pero yo ya veo a este hombre llamando a tu puerta con su atuendo de baño para ofrecerte su compañía, su charleta y unos pasteles. Espero que no se cumpla...

Berso

Duc de Charlus dijo...

Y si a eso le sumás que estoy por hacer la pileta de natación, suben las probabilidades que tal visión del Armagedón local que has tenido, se concrete...como dice una conocida: los sacaré a varillazos en el lomo!!!....ya estoy pensando en hacerme de una caña de esas bien largas y finitas...por las dudas.
Besosss!!