sábado, 24 de diciembre de 2011

Por la Senda

No es por apocalíptico, sino más bien por haber frenado a tiempo y recapacitar. Estamos, de uno y otro lado del planeta, en un momento de quiebre de lo que hasta ahora llamábamos mundo. Esta fractura del Mundo Conocido se viene manifestando no sólo desde lo climático, sino también en lo social; para bien y para mal. Desde lo político, con la caida de las instituciones, la toma de conciencia cabal que las cosas así como van, no pueden seguir. Algunas sociedades aprenden, otras no y otras, se dan cuenta pero prefieren desentenderse.
Todas las Naciones, sin excepción, hemos cometido errores mas o menos profundos, para con nosotros mismos como para con terceros. La Soberbia creo que es lo más repetido; esa utópica idea de "eso jamás nos va a pasar"...y sin embargo pasa. Desde la Biblia hasta el dicho más popular nos reza que "Todo vuelve, lo bueno y lo malo". Quizás con eso debiera ser suficiente para deternos ante la comisión del yerro. Sin embargo, estoy convencido que a estas alturas, ya ni con eso es suficiente. El pensar en el todo vuelve, es un pensamiento egoista, nacido a lo sumo, del temor a que se cumpla esa ley milenaria.

Verdaderamente renovador sería no equivocarse en algo tan básico y caminar por la senda de la humildad, la sencillez, la solidaridad y la comprensión. Caminar más livianos.
La riqueza desde siempre fue el motor basamental de la corrupción; pero más fuerte aún es la ambición del poder; del poder de controlar personas y voluntades.
Este mundo enaltece y premia a la Ambición al ubicarla como elemento ineludible del Exito. Pero todo debe llegar a su fin; ES NECESARIO que la Ambición tenga un límite. La mortaja no tiene bolsillos por un lado; y por el otro, qué cosa más triste es rodearse de gente que no es gente sino uniforme, mononeuronal, simplista, conformista y esclava!

El recorrerse por dentro es incómodo, doloroso y agotador. Cuando comenzamos a sacar las propias miserias, las debilidades, los temores infundados; todo comienza a oler distinto. Definitivamente el premio a ello es el sentirse Libres. Así como Dios lo ha creado en el resto de la Naturaleza, desde animales a plantas; LIBRES: acaso nosotros no tenemos ese mismo derecho?
Cuando erradicamos el Temor de nuestro espíritu, esa Ambición retrocede. Pierde el poder que nosotros mismos le hemos delegado. Al tener miedo de perder el trabajo; de no ser considerados por un tipejo con pocas luces al que llamamos jefe; a una sociedad que nos dice que tenemos que tener tal o cual  bien para ser alguien; que debemos ser así o asá; que debemos pensar de tal forma y todas las miles de formas de tener miedo; ahí es cuando perdemos esa libertad y ese poder que Dios nos ha dado por haber nacido.

Qué pasaría de irreversible y brutalmente terrible si no comprásemos el último modelo de auto; si no le tuviéramos respeto reverencial por alguien que circunstancialmente ocupa un cargo; si dejamos de pensar como  lo dicta lo políticamente correcto? Ningún pájaro, sapo o vaca se preocupa por si le faltará comida al día siguiente; sólo se dedican a vivir. Y Dios siempre los provee. No haría lo mismo por nosotros?
Les puedo asegurar que afuera del cascarón, la vida es mucho más amable. Es sólo animarse. Volvamos al origen, a lo realmente importante.

Que el Nacimiento nos traiga PAZ, FELICIDAD, FUERZA y sobre todo, SABIDURÍA PARA SABER RECONOCER EL BUEN CAMINO.
Muy Felíz Navidad a todos.

4 comentarios:

Alforte dijo...

Quérido Duc, me ha encantado esta reflexión tan certera y tan Zen, es lo mismo que nos dice mi maestra de Yoga y meditación, hay que desprenderse del miedo, del apego para ser sentirse realmente libres,cuando eres libre no sientes miedo, cuando uno no tiene miedo es capaz de todo...principalmente de vivir!!!!
Besos de Paz y Felicidad!!!!

Duc de Charlus dijo...

Gracias Alforte por tus palabras y besos!!! Este 2011 fue para recibirme en lecciones de vida...y te juro que me he desangrado pero sigo brindando por haber crecido de tal manera. Besos miles desde acá.

Argax dijo...

Buenas Duc.

Ya llegué. Comento primero una cosa que dice Alforte. Creo que lo que hay que hacer es redirigir los apegos y limpiarlos. Limpiarlos de posesividad, estar apegado a algo hoy en día supone querer dominar y controlar, esto es especialmente grave cuando se trata de personas. Redirigir, elegir bien que es lo que queremos, ser capaces de nuevo de reconocer cuales son las necesidades básicas (no hablo sólo de comida y subsistencia). Elegir, casi siempre se trata de eso, tenemos la ilusión de que disponemos de infinitas opciones de vida y no nos fijamos en las esencias, nos quedamos en los adornos de la vida según cánones que han sido dictados desde fuera.

Y de tu entrada, pues que te voy a decir, sabes que opino de forma similar. Introduces también un término clave, la ambición, una construción del hombre "civilizado". El hombre lo es si se dedica a medrar con todas sus fuerzas para ascender en una supuesta escala, más alto estás, más realizado y más hombre. Yo creo que la satisfacción no esta en subir sino en otro plano más horizontal, más relacionado con los horizontes y la visión de conjunto. Renuncié a mi condición de alpinista.

Un beso muy fuerte.

Duc de Charlus dijo...

Ya somos dos querido Argax, los que caminamos por llanuras. Veamos qué tal nos sigue yendo. Besos llanos.