viernes, 4 de noviembre de 2011

Sin apuros

Llueve por fin. Esta amenaza de lluvias desde hace dos días, repercutía en mi agenda de riegos.
Claro que esto complicará la entrega de los ladrillos que faltaban para terminar la galería de atrás y la vereda del costado de la casa. Paciencia, como todo acá.

Entre las miles de ventajas de irse de las grandes ciudades, está el valorar el tiempo pero en el sentido más ocioso de la palabra...todo es muuuucho más lento, y las circunstancias de la vida por tanto, se cuecen a fuego bajo.
Desde junio que espero que un carpintero termine la restauración de una mesa del 1700; desde el mismo mes aguardo la reparación del sintoamplificador de mi sistema de audio; desde agosto que espero a los obreros para terminar la galería citada...todo es mas o menos así por estos lares.

Con los apuros de la capital, cuando recién llegué hace ya casi tres años; en principio me enojaba. Puteaba a medio mundo y presionaba al incumplidor, no por pedanterías del "de capital", sino porque esa letanía de semanas no cuadraba con mi personalidad....tanta inactividad!!! por el amor de Diorrrrrr!!!!!

Tuvieron que pasar dos años y mucha mala sangre para comenzar a bajar descibeles. Creo que el click mental primero que indicó el comienzo del cambio, fue con algo extremadamante superfluo y nimio como cuando se rompió la cafetera eléctrica...ya estaba saliendo con el auto a comprar una nueva, cuando me di cuenta que nadie me corría para tener el café hecho en minutos mientras me duchaba...entonces salí a comprar una cafetera enlozada como "las de antes", celeste con mango azul cobalto....y un filtro de tela....
No tomé café más rico - salvo el del Park Hyatt Buenos Aires- que ese, hecho a la antigua y sin prisas. No creo que haya insumido mucho más tiempo que el de la eléctrica en prepararlo; pero esta cultura de la inmediatez que nos corroe a casi todos en este occidental mundo de consumo; no nos deja ver que existen opciones que nos colman del mismo placer de tomar nuestro café diario sin presionar botones.

6 comentarios:

Alforte dijo...

La paciencia no es una virtud, hoy en día es casi un milagro.
Bsote.

Duc de Charlus dijo...

Pero en tu pueblo acaso también corren? Estos no corren ni para irse de joda!

Virto dijo...

En este sur, también tenemos fama de tomarnos las cosas con calma. A mí sin embargo, casi siempre se me hace demasiado pesado tener que andar con prisa, tengo facilidad para la lentitud. La paciencia ya es otro tema, es como una lentitud pero con estudios.

Además, has tocado otro de mis placeres, el café, el de por la mañana imprescindible y el más placentero, cuando suena la cafetera en el fuego (lo seguiré llamando así aunque sea vitrocerámica) y la casa empieza a oler... uno de los mejores momentos del día sin duda.

Duc de Charlus dijo...

Qué lindo tenerte caminando por el jardín, Victor! Se me da que sos un tiernote bárbaro por lo que escribís.
Me he reído mucho con esa "lentitud con estudios" con la que describes a la paciencia.
Y te sumo otro pequeño gran placer matutino; el bañarse.
Si te das una vuelta por esta parte del mundo, tenés que probar mi café, que dicen que lo hago rico...ni hablar ahora que tengo mi cafetera enlozada con mango azul cobalto! abrazoooo

Argax dijo...

Mi Santo, tiene familia por las Argentinas y es uno de nuestros proyectos de viaje eternamente aplazado por temas monetarios y de tiempo. Sería ir a la Patagonia, no sé exactamente a qué lugar, una vez allí, como está todo cerca (je) pues ya ver qué nos ofrece el país...

Algún día lo haré.

Y me ha encantado lo de tierno bárbaro (aunque no sé si sustantivar el bárbaro o dejarlo como adjetivo) ;)

Un beso.

Duc de Charlus dijo...

No es por agrandado sino por lógica aplicable en cualquier lugar del mundo: en la Argentina tenés todo y para todos los gustos. Podés encontrar la Argentina sencilla de tierra adentro; la cosmopolita europeizada; la americanizada; la cultural; la populachera; la fashion; etc...ahora, lo que siempre siempre tendrás en la Argentina, es la constante contradicción.
En qué parte del país tiene familia tu pareja?
Ah y lo de bárbaro, dejalo como adjetivo...acá es usual emplearlo para exagerar un poquito más las cosas. Au revoir mon cher!